El gobierno ucraniano desplegó ayer tropas que
tienen órdenes de "liquidar" a los separatistas prorrusos del este que
no depongan las armas, según el comandante de la operación, mientras que
Rusia advertía que Ucrania estaba al borde de la "guerra civil".
Una columna de blindados de miembros de las fuerzas especiales ucranianas se hallaba a unos 40 km al norte de Slaviansk, ciudad símbolo de la reciente ofensiva separatista, en manos de hombres armados sin identificar.
Otro contingente armado, según testigos oculares, llegó en helicóptero hasta un aeródromo a 15 km al sur de la ciudad, que se encuentra así rodeada por las fuerzas del gobierno de Kiev.
El despliegue amenaza con incrementar la tensión con el poderoso vecino ruso, que tiene según la OTAN a unos 40.000 hombres en la frontera y que ha advertido en varias ocasiones a las autoridades proeuropeas de Kiev que no intervengan contra los insurgentes.
Ucrania "está al borde de la guerra civil, da miedo", advirtió el primer ministro ruso Dmitri Medvedev.
Medvedev criticó la propuesta ucraniana de que Naciones Unidas envíe tropas para apaciguar los ánimos.
"Por regla general la llegada de contingentes de fuerzas de paz no resuelve nada, desafortunadamente sólo congela el problema" dijo.
El presidente Vladimir Putin exigió por el contrario por teléfono al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que la institución condene las operaciones militares de Kiev.
Pero Estados Unidos y sus aliados europeos ya preparan nuevas sanciones, informó la Casa Blanca, ante lo que consideran maniobras de desestabilización rusas en el este ucraniano.
Más sanciones occidentales serán "contraproductivas", advirtió previamente el gobierno de Putin.
- "Serán liquidados" -
Ni el presidente Putin ni su homólogo estadounidense, Barack Obama, han conseguido desbloquear la situación, a pesar de varias llamadas telefónicas, la última de las cuales tuvo lugar el lunes, con un tono tenso.
Kiev había anunciado durante el fin de semana pasado la "operación antiterrorista", que empezó a concretarse el martes.
Una columna de blindados del ejército ucraniano estaba estacionado cerca de Izium, a 40 km al norte de Slaviansk, controlada desde el pasado sábado por hombres bien armados y organizados, aunque sin distintivos.
Kiev teme que se reproduzca el escenario de la península de Crimea, que perdió a manos rusas, una audaz operación que se inició con soldados que entraron en edificios públicos sin portar identificaciones.
Slaviansk es una ciudad de 120.000 habitantes, símbolo de la amenaza de un estallido entre el este ucraniano, rusófono, y el centro y oeste del país, que miran hacia Europa.
Los separatistas que no depongan las armas serán "liquidados", declaró el general Valeri Krutov, número dos de los servicios especiales ucranianos (SBU), que dirige la operación "antiterrorista".
Los hombres que irrumpieron en comisarías y edificios públicos, pertenecen a las "tropas especiales del GRU (inteligencia militar rusa) que tienen una gran experiencia en conflictos", acusó el general ucraniano cerca de Izium, a unos 40 km de la ciudad de Slaviansk.
Una decena de blindados, tanques y siete carros que transportaban a miembros de las fuerzas especiales ucranianas, estacionaron cerca de Izium.
Los soldados instalaron un puesto de control en la carretera y cerraron toda la circulación en ambos sentidos.
"Estamos aquí porque no se puede abandonar el territorio. Todo lo que vamos a hacer es proteger la independencia de nuestro país y la paz" declaró un oficial bajo anonimato.
Kiev aseguró que un primer batallón de la Guardia Nacional había sido enviado "al frente".
Ese batallón está formado por voluntarios que integraron las unidades de autodefensa de Maidan, el corazón de las protestas en el centro de Kiev, que derribó el febrero pasado al régimen prorruso del presidente Viktor Yanukovich.
Eso puede provocar una profunda irritación en Moscú, que acusa de "fascistas" a varios grupos del Maidan.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, también advirtió de que cualquier orden "criminal" de Kiev para "mandar a los tanques" hará fracasar las negociaciones previstas el jueves en Ginebra.
La canciller alemana, Angela Merkel, llamó de nuevo a Putin para abordar la situación y para intentar avanzar en la agenda de esa reunión.
"El presidente ruso señaló que la brutal escalada del conflicto ha puesto al país al borde de la guerra civil", declaró el Kremlin en un comunicado emitido al término de una conversación telefónica entre ambos estadistas.
El tono era también belicoso en Kiev. La ex primera ministra ucraniana, Yulia Timochenko, anunció que convocaría un movimiento de resistencia ante la "guerra" rusa.
La Casa Blanca saludó la "cautela" de las tropas ucranianas frente a una situación "insostenible".
Una columna de blindados de miembros de las fuerzas especiales ucranianas se hallaba a unos 40 km al norte de Slaviansk, ciudad símbolo de la reciente ofensiva separatista, en manos de hombres armados sin identificar.
Otro contingente armado, según testigos oculares, llegó en helicóptero hasta un aeródromo a 15 km al sur de la ciudad, que se encuentra así rodeada por las fuerzas del gobierno de Kiev.
El despliegue amenaza con incrementar la tensión con el poderoso vecino ruso, que tiene según la OTAN a unos 40.000 hombres en la frontera y que ha advertido en varias ocasiones a las autoridades proeuropeas de Kiev que no intervengan contra los insurgentes.
Ucrania "está al borde de la guerra civil, da miedo", advirtió el primer ministro ruso Dmitri Medvedev.
Medvedev criticó la propuesta ucraniana de que Naciones Unidas envíe tropas para apaciguar los ánimos.
"Por regla general la llegada de contingentes de fuerzas de paz no resuelve nada, desafortunadamente sólo congela el problema" dijo.
El presidente Vladimir Putin exigió por el contrario por teléfono al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que la institución condene las operaciones militares de Kiev.
Pero Estados Unidos y sus aliados europeos ya preparan nuevas sanciones, informó la Casa Blanca, ante lo que consideran maniobras de desestabilización rusas en el este ucraniano.
Más sanciones occidentales serán "contraproductivas", advirtió previamente el gobierno de Putin.
- "Serán liquidados" -
Ni el presidente Putin ni su homólogo estadounidense, Barack Obama, han conseguido desbloquear la situación, a pesar de varias llamadas telefónicas, la última de las cuales tuvo lugar el lunes, con un tono tenso.
Kiev había anunciado durante el fin de semana pasado la "operación antiterrorista", que empezó a concretarse el martes.
Una columna de blindados del ejército ucraniano estaba estacionado cerca de Izium, a 40 km al norte de Slaviansk, controlada desde el pasado sábado por hombres bien armados y organizados, aunque sin distintivos.
Kiev teme que se reproduzca el escenario de la península de Crimea, que perdió a manos rusas, una audaz operación que se inició con soldados que entraron en edificios públicos sin portar identificaciones.
Slaviansk es una ciudad de 120.000 habitantes, símbolo de la amenaza de un estallido entre el este ucraniano, rusófono, y el centro y oeste del país, que miran hacia Europa.
Los separatistas que no depongan las armas serán "liquidados", declaró el general Valeri Krutov, número dos de los servicios especiales ucranianos (SBU), que dirige la operación "antiterrorista".
Los hombres que irrumpieron en comisarías y edificios públicos, pertenecen a las "tropas especiales del GRU (inteligencia militar rusa) que tienen una gran experiencia en conflictos", acusó el general ucraniano cerca de Izium, a unos 40 km de la ciudad de Slaviansk.
Una decena de blindados, tanques y siete carros que transportaban a miembros de las fuerzas especiales ucranianas, estacionaron cerca de Izium.
Los soldados instalaron un puesto de control en la carretera y cerraron toda la circulación en ambos sentidos.
"Estamos aquí porque no se puede abandonar el territorio. Todo lo que vamos a hacer es proteger la independencia de nuestro país y la paz" declaró un oficial bajo anonimato.
Kiev aseguró que un primer batallón de la Guardia Nacional había sido enviado "al frente".
Ese batallón está formado por voluntarios que integraron las unidades de autodefensa de Maidan, el corazón de las protestas en el centro de Kiev, que derribó el febrero pasado al régimen prorruso del presidente Viktor Yanukovich.
Eso puede provocar una profunda irritación en Moscú, que acusa de "fascistas" a varios grupos del Maidan.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, también advirtió de que cualquier orden "criminal" de Kiev para "mandar a los tanques" hará fracasar las negociaciones previstas el jueves en Ginebra.
La canciller alemana, Angela Merkel, llamó de nuevo a Putin para abordar la situación y para intentar avanzar en la agenda de esa reunión.
"El presidente ruso señaló que la brutal escalada del conflicto ha puesto al país al borde de la guerra civil", declaró el Kremlin en un comunicado emitido al término de una conversación telefónica entre ambos estadistas.
El tono era también belicoso en Kiev. La ex primera ministra ucraniana, Yulia Timochenko, anunció que convocaría un movimiento de resistencia ante la "guerra" rusa.
La Casa Blanca saludó la "cautela" de las tropas ucranianas frente a una situación "insostenible".
0 comentarios:
Publicar un comentario