Mientras la República Dominicana encontró una salida para regularizar el estatus migratorio de miles de extranjeros establecidos en su territorio, en su abrumadora mayoría haitianos, el gobierno de Bahamas, un miembro activo del Caricom, sigue aplicando sin titubeos su política contra la inmigración ilegal, específicamente de haitianos, que en los últimos siete meses alcanzó una cifra de 3,369 deportados, a pesar de las amenazas de boicot al turismo y a las presiones internas e internacionales. Desde el 1 y al 23 de este mes, Bahamas repatrió a 369 haitianos, vía aérea, según reveló la semana pasada el propio ministro de Asuntos Exteriores e Inmigración de ese archipiélago, Frederick Mitchell.
Bahamas, que ha respaldado medidas de condena contra las políticas de la República Dominicana para regularizar el estatus migratorio de los extranjeros que viven en el país, es miembro activo de la Comunidad de Caribe (Caricom), igual que Haití.
El impacto de estas medidas de Bahamas se ha sentido a tal extremo en Haití que el diario digital “Haití Libre” comentó en su edición de ayer, domingo, que el gobierno del archipiélago ha sido más severo que el gobierno dominicano en la ejecución de sus leyes migratorias.
“Si uno considera injusta y racista la política de inmigración en la República Dominicana, en Bahamas se aplica mucho más severamente la ley, ya que no es siquiera una cuestión de regularización del estatus migratorio de la gente”, expone el medio. Bahamas está repatriando haitianos todas las semanas. Al día de hoy, al menos 139 haitianos están en un centro de detención Nasáu listos para ser enviados a Haití.
“Desde la puesta en práctica a principios de noviembre (de 2014) de las nuevas medidas migratorias adoptadas por el Gobierno de las Bahamas, nuestros compatriotas en situación irregular viven con el temor de ser arrestados y deportados”, indica el diario Haití Libre.
La determinación del gobierno bahameño es de acabar con la migración ilegal que contrasta bastante con las políticas que aplica el gobierno dominicano, que además de dotar de identidad a cientos de miles de haitianos no ha iniciado repatriaciones masivas, ni redadas, arrestos en las calles y o rastreos en viviendas.
Contrario a esto, Migración está colaborando con familias que no pueden costear el transporte de familias y ajuares a su país, facilitándole transporte gratuito hasta los puestos de control fronterizo.
Bahamas cuenta con asistencia de vecinos en las comunidades, quienes informan a las autoridades de la presencia de ilegales haitianos, que luego ejecutan los arrestos y su posterior repatriación.
Al mismo tiempo, el Departamento de Inmigración de Bahamas practica detenciones de personas que oculten a ilegales, como ocurrió con el caso de un grupo que dio protección a 49 haitianos ilegales que llegaron esta misma semana en dos embarcaciones a la costa de la isla de Eleuthera.
La comunidad es una fuente de ayuda para las autoridades de Migración en la interdicción de indocumentados en aquellos lugares donde han hecho hogares.
Esto fue admitido por el propio ministro (de Inmigración), Frederick Mitchell, quien dio “gracias a los ciudadanos bahameños por proveernos con buena información sobre los inmigrantes que llegan o trabajan en ciertas áreas”.
En noviembre de 2014 entró en vigor una nueva Ley de Inmigración en Bahamas que ha creado controversia a nivel internacional, al establecer que no se aceptarán más solicitudes de visados de trabajo por parte de personas que residan ilegalmente en el país.
Además, exige que los inmigrantes que viven en ese archipiélago lleven siempre consigo el pasaporte de su país natal. La mayoría de los inmigrantes de Bahamas, que rondan el 16% de la población total, son haitianos.
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