El papa Francisco emitió el lunes una fuerte crítica a la burocracia del Vaticano, afirmando que algunos funcionarios tienen excesiva sed de poder, conducen estilos de vida falsos y sufren de "un mal de Alzheimer espiritual" porque se olvidan de que su deber es servir a Dios.
Su saludo navideño a cardenales, obispos y curas a cargo de la Santa Sede no fue una expresión de buenos deseos festivos sino un áspero catálogo de lo que el papa llamó "los males de la Curia" que según dijo, deben provocar la reflexión y el arrepentimiento.
En el pasado Francisco no ha vacilado en denunciar las intrigas y pugnas internas que plagan al Vaticano, pero a medida que sus reformas cobran fuerza, parece estar más confiado al denunciar los desperfectos de la Santa Sede.
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