EL NUEVO DIARIO, LA HABANA.– En Cuba todo 
está listo para recibir mañana a Francisco, el tercer papa que visita el
 país, un viaje cargado de simbolismo por el papel que la diplomacia 
vaticana desempeñó en la reconciliación con Estados Unidos, que levantó 
hoy más sanciones contra la isla que relajan el embargo.
El papa aterrizará en La Habana mañana para 
iniciar un viaje de cuatro días por el país que lo llevará también a las
 ciudades de Holguín y Santiago de Cuba, desde donde partirá para 
EE.UU., segunda parada de una gira por los dos países que contribuyó a 
acercar durante 18 meses de negociaciones secretas para poner fin a 
medio siglo de enemistad.
“Hay mucha alegría entre creyentes y no creyentes.
 Esperamos que sea una visita de mucho regocijo y esperanza como las 
anteriores visitas papales”, indicó a Efe Roberto Jardines, un 
bicitaxista de 54 años, aunque aclara que la de Francisco es “especial” 
por su papel como “impulsor de los cambios que están sucediendo en 
Cuba”.
Su esperanza es que el pontífice presione ahora en
 favor del fin del bloqueo “criminal y injusto” de Estados Unidos, que 
justo hoy, en vísperas de la visita papal, suavizó sanciones a los 
viajes, al comercio y al envío de remesas, nuevos pasos hacia la 
normalización.
Como preludio del viaje, la televisión estatal de 
Cuba emitió ayer en horario estelar un videomensaje del papa al pueblo 
cubano, en el que elogió “el ánimo con que afrontan las dificultades de 
cada día, el amor con que se ayudan y se sostienen en el camino de la 
vida”.
“Estamos esperándolo con mucha alegría y paz, con 
ganas de oirle de nuevo porque él ayer ya nos mandó a los cubanos un 
mensaje muy conmovedor”, indicó hoy a Efe Sira Páez, una jubilada 
declarada católica que espera poder acudir a alguna de las misas de 
Francisco, un “papadiferente, latino, que llega más a las personas 
humildes”.
Los preparativos para dar la bienvenida al 
pontífice en la capital cubana ya están casi terminados: en las calles 
por las que pasará el papa-móvil se han arreglado los baches, se han 
pintado fachadas de las casas más deterioradas y se han decorado con 
banderas de Cuba y del Vaticano y con cárteles que saludan su llegada.
“Hay mucha seguridad. Se están viendo muchos 
cambios con las labores de reconstrucción, organización, limpieza y 
pintura. Eso es bueno para todos porque se están arreglando las calles 
más deterioradas”, señaló Daniel Rodríguez, un joven de 24 años que vive
 en La Habana Vieja, casco histórico de la capital cubana donde 
Francisco desarrollará parte de su agenda del domingo.
La otra cara de esas mejoras son las críticas que 
expresó hoy la disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos y 
Reconciliación Nacional (CCDHRN), que acusó al Gobierno de llevar a cabo
 una “limpieza social” con el internamiento de miles de mendigos y 
personas sin hogar.
Según esta organización liderada por el disidente 
Elizardo Sánchez, el objetivo es poner a “mendigos, harapientos, 
enfermos mentales y otros desamparados deambulantes, en su mayoría 
ancianos fuera de la vista de peregrinos, periodistas extranjeros y 
otros visitantes que estarán en Cuba estos días”.
Más allá de los arreglos en La Habana, en la 
emblemática Plaza de la Revolución -donde oficiará una misa 
multitudinaria el domingo flanqueado por la efigie del guerrillero 
Ernesto “Che” Guevara y el monumento al prócer independentista José 
Martí-, ya está terminado el altar, con la cruz y el cristo ya 
colocados, e instaladas 3.500 sillas para los invitados al evento.
La Catedral de La Habana ya no tiene el enorme 
andamio que la tapó durante semanas para limpiar su fachada, al igual 
que en el centro cultural Félix Varela, ya listo para que el papa 
pronuncie un discurso ante la juventud cubana.
Un día antes de su llegada, se empiezan a ver en 
La Habana movimientos de seguridad, cierres de calles y reuniones de 
vecinos en las que se informa a los habaneros sobre los medios de 
transporte a su disposición para acudir a los actos del sumo pontífice.
Esta visita papal también ha despertado un amplio 
interés mediático, con más de 1.000 corresponsales extranjeros 
acreditados para el evento, más unos 300 periodistas de la prensa 
nacional, que dispondrán de conexión internet wi-fi y la transmisión 
oficial en vivo de la mayoría de las actividades de Francisco en las 
tres salas de prensa habilitadas en La Habana, Holguín y Santiago de 
Cuba.







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