La Organización Mundial de la Salud describió el lunes el brote actual de ébola como "la más severa, grave emergencia sanitaria vista en los tiempos modernos", aunque también indicó que sus efectos económicos pueden reducirse si se informa adecuadamente a la gente para evitar acciones irracionales para evitar el contagio.
La directora general de la OMS; Margaret Chan, dijo citando cifras del Banco Mundial que el 90 por ciento de los costes económicos de un brote "proceden de esfuerzos irracionales y desorganizados del público para evitar la infección".
El personal de la OMS "es muy consciente de que el miedo a la infección se ha extendido por el mundo mucho más rápido que el virus", señaló Chan en un comunicado leído en una conferencia regional de salud en la capital de Filipinas, Manila.
"Estamos viendo, ahora mismo, cómo este virus puede afectar a economías y sociedades de todo el mundo", dijo, añadiendo que educar adecuadamente al público es una "buena estrategia de defensa" que permitiría a los gobiernos impedir perturbaciones económicas.
Chan no entró en detalles sobre estas medidas, pero elogió a Filipinas por celebrar una cumbre anti ébola la semana pasada en la que participaron autoridades sanitarias y representantes del sector privado, advirtiendo de la vulnerabilidad del país del sureste asiático debido a la gran cantidad de filipinos que trabajan en el extranjero.
Aunque preparadas para el ébola, las autoridades sanitarias deben seguir centrándose en grandes amenazas sanitarias, añadió Chan, incluyendo enfermedades no contagiosas.
El mes pasado, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó a los líderes de los países más afectados por la pandemia a establecer centros especiales para aislar a las personas infectadas de sus parientes no contagiados, en un intento por detener la expansión del ébola.
Ban también ha pedido a las aerolíneas internacionales y compañías de transporte que no detengan sus servicios a países afectados por el ébola. Hacerlo, señaló, impediría la entrega de asistencia médica y humanitaria.
La pandemia ha matado a más de 4.000 personas, la mayoría en los países africanos de Liberia, Sierra Leona y Guinea, según cifras de la OMS publicadas la semana pasada.
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