SANTO DOMINGO. “Estoy arrepentido”, expresó Franck Kelin Holguín Medina mientras era trasladado a una de las celdas del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva. Minutos antes se le había dictado un año de prisión preventiva por terrorismo, al ser señalado como el autor del ataque a uno de los vagones de la segunda línea del Metro el pasado lunes, y donde resultaron heridas 18 personas.
Holguín deberá cumplir la medida de coerción, impuesta por el Juzgado de Atención Permanente, en el Centro de Corrección y Rehabilitación de San Pedro de Macorís.
El dictamen fue emitido por el juez Alejandro Vargas, luego de más de una hora de alegatos de los abogados del Ministerio Público y la parte civil que representó a la joven Merilin de León Santana, quien resultó herida en el ataque, y el abogado Raúl Hamburgo Mena, defensor de Holguín.
En la audiencia, el representante del joven acusado solicitó el aplazamiento del conocimiento de la coerción por un plazo de dos días para realizarle una evaluación siquiátrica, y un experticio físico para verificar una alegada tortura contra su defendido durante su detención en la Policía Nacional. Mientras, los fiscales Dante Castillo Medina y Elvira Rodríguez, apuntaron la falta de sustentación para estas peticiones, al asegurar que no existía un historial previo de trastorno mental, ni prueba de maltrato.
Durante el debate, el juez Vargas llamó a estrado al joven acusado, y le realizó varias preguntas que no respondió, mientras mostraba un evidente estado de alteración y nerviosismo. Tras este episodio, el magistrado llamó a la madre de Holguín, Rudelania Medina, quien dio respuesta a interrogantes sobre el estado de su hijo.
Minutos después, el juez volvió a dirigirse al joven para pedirle que describiera la tortura de la que alegaba había sido víctima, y Holguín habló con calma, explicando que supuestamente los agentes le habían golpeado la cabeza, y el abdomen utilizando una guía telefónica como amortiguador.
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