Varias organizaciones defensoras de los derechos civiles exigieron hoy a EE.UU. ante la CIDH un plan nacional para erradicar el racismo de las fuerzas del orden y atajar casos como el de la Policía de Ferguson (Misuri), cuya violencia contra las minorías consideran "solo la punta del iceberg".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mantuvo hoy una audiencia sobre las denuncias de racismo en el sistema de justicia de Estados Unidos, para evaluar el clima en el país, siete meses después de que el joven negro Michael Brown muriera abatido a tiros por un policía blanco en la localidad de Ferguson.
"Las recientes muertes de afroamericanos han puesto el foco en la forma en la que se aplica la Justicia. Se necesita hacer más. Urgimos a Estados Unidos a adoptar un plan nacional de acción contra el racismo", reclamó Barbara Arnwine, presidenta del Comité de Abogados para los Derechos Civiles Bajo la Ley.
Para Arnwine, el informe que el Departamento de Justicia publicó este mes sobre la Policía de Ferguson puede extenderse a todo el país, pues a su juicio el comportamiento racista tanto de la Policía, como de las autoridades y la Justicia no es exclusivo de esta ciudad del sur del país.
"Lo que no dice el informe es que las personas, una vez que son arrestadas, pasan a tener antecedentes penales y son ciudadanos de segunda clase. Tendrán más difícil acceder a programas públicos para una vivienda o conseguir trabajo", destacó Arnwine.
En la audiencia, las organizaciones compararon las prácticas de la Policía de Ferguson con las del cuerpo policial de Nueva York, donde otro afroamericano, Eric Garner, murió en julio por asfixia a manos de un policía blanco que le aplicó una llave de estrangulamiento prohibida cuando intentaba arrestarlo.
"El cuerpo de Policía de Nueva York, el más grande e importante de Estados Unidos, tiene un perfil racial a la hora de detener. Hombre de entre 18 y 42 años y negro", denunció la portavoz del Centro por los Derechos Constitucionales, Nahal Zanar.
Según sus datos, entre junio de 2012 y enero de 2014, los agentes neoyorquinos pararon en la calle a 4,4 millones de peatones, de los que el 85 % eran latinos o afroamericanos, a pesar de que estas minorías constituyen el 52 % de los ciudadanos de Nueva York.
"Los Departamentos de Policía deben de comprometerse con el cambio. Contratar a una mayor variedad étnica de agentes o dar más entrenamiento no va a cambiarlo todo. Es necesario que los agentes que actúan de forma violenta sean responsables de sus acciones", añadió.
Deborah L. Spence, de la división de Investigación y Desarrollo del Departamento de Justicia, respondió a las denuncias que las organizaciones realizaron durante la audiencia, solicitada por el Gobierno de Estados Unidos.
Spence reconoció que "es un error creer que el racismo ha sido eliminado" y recordó las palabras del presidente Barack Obama durante el 50 aniversario de la marcha de Selma a Montgomery (Alabama), que llevó a la aprobación de la ley de Derecho al Voto.
"Sabemos que la marcha no ha terminado", dijo entonces el primer mandatario negro del país ante miles de personas en el puente Edmund Pettus, donde los activistas fueron duramente reprimidos por la policía, en lo que pasó a la historia como el "Bloody Sunday" ("Domingo Sangriento").
La representante del Departamento de Justicia expresó el "firme compromiso" de Estados Unidos a luchar contra la discriminación contra las personas afrodescendientes tanto dentro del país como en otras naciones de América.
Con esta audiencia, Estados Unidos fue uno de los países protagonistas de la primera jornada del 154 periodo de sesiones de la CIDH, que se extenderá hasta el 20 de marzo.
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