WASHINGTON.- Estados Unidos negó hoy que planee una "invasión militar" en Venezuela y defendió su derecho "soberano" a imponer sanciones a ese país, al tiempo que instó a la OEA a "pronunciarse" ante las "violaciones" de derechos humanos en la nación suramericana.
"Mi Gobierno quiere dejar claro aquí: no estamos preparando una invasión militar. No buscamos desestabilizar o derrocar al Gobierno venezolano con un golpe de Estado (...). No hay un componente extraterritorial de las sanciones, son legislación doméstica", dijo el representante interino de EE.UU. ante la OEA, Michael Fitzpatrick.
Fitzpatrick habló así después de que la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, alertara de que EE.UU. planea una "intervención militar" contra su país, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El funcionario estadounidense defendió la declaración de "emergencia nacional" emitida la semana pasada por el presidente estadounidense, Barack Obama, que alertaba de la "amenaza" de la situación en Venezuela a la seguridad nacional de EE.UU. e imponía sanciones a siete funcionarios venezolanos.
Esa declaración, afirmó hoy Fitzpatrick, concede al mandatario estadounidense la base legal para imponer sanciones a individuos o entidades y su emisión era un requisito de una ley con sanciones a Venezuela aprobada en diciembre pasado por el Congreso de EE.UU.
No obstante, aseguró que el alcance de esa ley es solo nacional y, con ella, Obama "ejerce un derecho soberano para proporcionar prerrogativas sobre el sistema de inmigración y el sistema financiero estadounidense", y subrayó que EE.UU. ha usado esa declaración "docenas de veces" respecto a otros países.
"Solo queremos evitar que algunos individuos venezolanos que creemos que han cometido un abuso de los derechos humanos de otros venezolanos puedan viajar a EE.UU. o aparcar su dinero en nuestro sistema financiero. Es así de sencillo", afirmó el funcionario.
Fizpatrick reconoció que muchos "piensan que no es recomendable hablar en público sobre el estado de los derechos humanos, las libertades fundamentales y el debido proceso en Venezuela".
"Algunos dicen que esto solo aumenta la polarización en ese país y hace que sea más difícil que haya un diálogo democrático" a nivel interno, indicó.
"Aunque respetamos el derecho a tener esas opiniones, debemos preguntar: si nosotros en la OEA, una institución basada en principios democráticos, no nos pronunciamos ahora, ¿cuándo lo haremos?", cuestionó.
"No debemos dar la espalda a los derechos articulados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre y la Carta Democrática Interamericana", apuntó.
Fitzpatrick condenó "los arrestos de líderes opositores por cargos políticos", las "crecientes restricciones de la sociedad civil", el "desprecio a las libertades de expresión, asociación" y la "falta de independencia judicial" en Venezuela.
"Mi Gobierno no cree que hablar en defensa de los derechos humanos equivalga a una interferencia en los asuntos soberanos de otro Estado", afirmó el funcionario, acompañado en la sesión por el subsecretario adjunto para América Latina del Departamento de Estado de EE.UU., Alex Lee.
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