SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Representantes de las iglesias Evangélica y Católica así como intelectuales dominicanos expresaron este martes su rechazo a lo que califican como “un intento del Gobierno de los Estados Unidos y su embajador en el país, James W. Brewster, de tratar de fomentar aquí la homosexualidad”.
Mediante un comunicado difundido en medios de comunicación se preguntan por qué el Gobierno dominicano no ha declarado persona “no grata” al diplomático estadounidense.
Los firmantes del documento son Mario Bonetti , Rafael Acevedo Pérez, Carlos de los Ángeles, Renato Rimoli, Carolina Lerebours, Juan José Jimenes Sabater, María Aybar, Luís Gómez Pérez, Reynaldo Vargas, Manuel González Tejera, Lorenzo Sención Silverio, Cesar Augusto Zapata, Bruno Rosario Candelier, Carlisle González, José Gómez Cerda, Rmando Armenteros, Nolberto Soto, Manuel Núñez y los reverendos Braulio Portes, Javier Paulino, Adolfo Mateo, Samuel Ramos, José Nuñez y Luis Rosario.
El texto
El texto del comunicado es el siguiente:
Los abajo firmantes no se inmiscuyen, partiendo de sus propios valores, en la vida privada de los homosexuales.
Los abajo firmantes respetan y piden respeto para los homosexuales y consideran que discriminarlos en los lugares de trabajo, por ej.(con cancelación, burlas, marginaciones y otras expresiones de intolerancia) , constituyen atropellos injustificables, como no se justifican otras clases de atropellos por otras razones a heterosexuales.
Sin embargo, los abajo firmantes somos herederos de un código ético y de decoro que hemos internalizado y que defendemos con tanto ahínco como así mismo defendemos los derechos de los homosexuales a no ser perjudicados por su práctica privada, siempre y cuando sea privada, como ha ocurrido desde siempre.
En virtud de lo antes dicho expresamos nuestra más enérgica protesta por el intento del Gobierno norteamericano y las NN UU de crear condiciones adecuadas para depravar moralmente a nuestros adolescentes en las escuelas impartiéndoles clases de sexualidad que tiene como texto básico un manual que invita a los niños y niñas a iniciarse en prácticas homosexuales y lesbianas desde los tempranos cursos de la escuela secundaria.
Ese proyecto de hacer de nuestros adolescentes homosexuales tempranos es un proyecto del Gobierno norteamericano presidido por un homosexual y representado en Dominicana por otro homosexual, y canalizado a nivel internacional por las NN UU y en nuestro lar nativo implementado por la ONG llamada “Profamilia” (¿profamilia o contrafamila?).
Esa perversa intención se pretende llevar a cabo poniendo a disposición de los maestros el manual titulado “HABLEMOS” que es el documento de iniciación temprana en la homosexualidad infantil, y en cuya portada ya se anuncia su contenido: jovencitos de ambos sexos abrazan y besan a sus congéneres, y también donde se expone la malsana idea de que todos tenemos dos polos diferentes de carácter erótico: el uno es el sexo original de nacimiento y el otro supuestamente lo sería el “verdadero genero” que consiste en nuestras naturales inclinaciones homosexuales o heterosexuales.
El manual “Hablemos” estimula a hacer experiencias en la temprana edad para “descubrir” cuál es el verdadero género que cada joven tiene. En ese mismo orden de ideas expresamos igualmente nuestro repudio por la publicación en un periódico de circulación nacional y en las redes de una fotografía de un grupo de homosexuales encabezados por el Embajador de los EE UU, semidesnudos y abrazándose en una piscina en la sede diplomática, a la que está acreditado en provocadora exposición de promiscuidad.
Valoramos esa invitación a la homosexualidad pública como una indecencia y falta de decoro que lastima el pudor de la población mayoritaria dominicana que ni comparte las prácticas homosexuales ni practica su sexualidad en ámbitos promiscuos.
Debido a nuestra indignación al ver que esta cruzada por la homosexualidad la estimula el representante de un Gobierno de tanta importancia para la República como lo es el norteamericano, es que nos sentimos obligados a hacer pública nuestra mayor protesta.
Como expresión de sus preferencias, el Sr. Embajador Brewster y su marido participaron con toda libertad en el desfile de los homosexuales del “Orgullo Gay”, donde hasta se arrojaron condones al público desde los vehículos de la caravana (v. “Diario Libre” del 06/ 07/15/ pág. 16).
Aunque esto no nos concierne por ser territorio norteamericano, debemos informar a la población que en la fiesta nacional de ese país el 04 de julio pasado, desde el asta de la bandera norteamericana, tremoló la insignia de la homosexualidad en todas sus variantes.
Nosotros entendemos que el Sr. Embajador Brewster y su equipo no están acreditados en nuestro país para realizar una sacrosanta cruzada por la homosexualidad de la población dominicana, sino en función de sus atributos como diplomáticos norteamericanos.
¿Es que no hay nadie en el Palacio de Gobierno y en la Cancillería de la República que se sienta en capacidad de llamarle la atención a quien de manera creciente tergiversa los fines de su misión ante el Gobierno nacional, y por extensión, ante toda la población dominicana con todas sus clases y estratos sociales?
¿Es que esa conducta del representante de un gobierno exterior no choca con las normas de conducta obligatorias de todo embajador extranjero según la Convención de Viena del 18 de abril de 1961?
¿ Es que hay miedo de llamarlo a la Cancillería por el gran poder estadounidense y darle un ultimátum antes de declararlo persona non grata ?
Nosotros apelamos al sentimiento de vergüenza de la población nacional ultramayoritaria; a la responsabilidad para con ella de toda organización cristiana en la práctica, a las universidades, a las agrupaciones profesionales, a sumarse y organizar junto con nosotros nuestra propia marcha del decoro nacional, una especie de Manifestación de Afirmación de Valores Heredados e Internalizados.
Por los signatarios
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