La costa este de Estados Unidos se prepara hoy para una gran tormenta que podría dejar hasta 76 centímetros de nieve y vientos de casi 100 kilómetros por hora, y que ya ha obligado a declarar la situación de emergencia en seis estados.
Washington DC, Maryland, Virginia, Pensilvania, Carolina del Norte y Tennessee se preparan para al menos 36 horas de tormenta de nieve que pone en máxima alerta a unos 29 millones de personas y podría afectar a un total de 85 millones.
La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, advirtió hoy de que se trata de una tormenta "de vida o muerte" que las autoridades están afrontando como un asunto "de seguridad nacional".
La capital de Estados Unidos está en el centro de una tormenta que el Servicio de Meteorología nacional ya califica de "histórica", lo que ha obligado a tomar medidas de precaución sin precedentes.
La tormenta podría dejar una acumulación de nieve que supere el récord alcanzado en Washington en enero de 1922, con 71 centímetros.
Se prevé que Nueva York reciba la fuerte tormenta de nieve y viento desde mañana a primera hora y el alcalde, Bill de Blasio, ha pedido a los ciudadanos que se queden en casa todo el fin de semana hasta que las autoridades puedan limpiar la nieve, que podría alcanzar los 30 centímetros.
En Filadelfia, que ha cancelado todos los vuelos de su aeropuerto para el sábado, la nieve podría llegar a los 50 centímetros.
En el conjunto del país se han cancelado 2.713 vuelos que debían salir hoy y 2.928 previstos para mañana.
"Estamos hablando de una nieve húmeda y pesada, y de vientos muy potentes que podrían hacer caer árboles y provocar cortes eléctricos a gran escala", explicó en rueda de prensa la alcaldesa de Washington.
El metro de la capital, que sirve a los vecinos estados de Maryland y Virginia, cerrará hoy a las 23.00 hora local hasta por lo menos el lunes, algo que no había ocurrido desde el huracán Sandy de octubre de 2012, que obligó a parar el servicio durante 36 horas.
Los directivos del metro tomaron esta medida, que ha disgustado a muchos ciudadanos, por temor a que un corte eléctrico de gran escala provocado por los fuertes vientos deje a pasajeros atrapados en los túneles.
Los autobuses dejarán de funcionar antes, a las 15.00 horas de hoy, momento en el que las autoridades han pedido que todos los ciudadanos estén ya ubicados en el lugar donde se vayan a quedar hasta que se termine la tormenta y se hayan habilitado las calles y carreteras.
El Gobierno federal cerró sus oficinas hoy al mediodía y también lo hizo el Capitolio, sede del Congreso, donde los legisladores tienen libre al menos hasta el martes.
En empresas y organismos de la ciudad se ha dado a los trabajadores la opción de trabajar desde casa.
Desde hoy al mediodía y durante el fin de semana también estarán cerrados los principales centros turísticos de la ciudad, la explanada del National Mall y los memoriales, aunque los organizadores de una marcha nacional antiaborto mantienen sus planes de manifestarse esta tarde por el centro de Washington.
Las condiciones de transporte por carretera ya se han comenzado a deteriorar en Tennessee, Carolina del Norte y algunas zonas de Virginia, donde los ciudadanos han empezado a refugiarse en sus casas.
Los estados amenazados por la tormenta ya tienen más de 1.997.750 toneladas de sal preparadas para tratar sus carreteras y autopistas y Carolina del Norte ha movilizado a 100 agentes de la Guardia Nacional.
En Nashville (Tennessee) se han visto ya los primeros conductores atascados en las carreteras nevadas y en el área metropolitana de Atlanta se ha pedido a los conductores que salgan de las vías antes de las 15.00 hora local.
Además, más de 2.000 personas se han quedado sin electricidad en el condado de Davidson (Tennessee) y centenares en Virginia. Las autoridades esperan este tipo de incidencias en aumento a medida que avance una tormenta de la que, dicen, se hablará durante generaciones. EFE
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