La Habana. – La guerrilla de las FARC anunció el miércoles el fin del reclutamiento de menores de 18 años, en un gesto que refuerza la expectativa de un pronto acuerdo de paz con el gobierno, posiblemente en marzo, tras medio siglo de lucha armada en Colombia.
“En aras de avanzar lo más rápidamente posible hacia el fin del conflicto armado, hoy comunicamos al país nuestra decisión de poner fin a la incorporación de menores de 18 años a las FARC”, señaló el grupo rebelde en un comunicado leído por Victoria Sandino en La Habana, sede de los diálogos de paz iniciados en 2012.
Hace un año la organización armada comunista había anunciado que “no aceptaría” a menores de 17 años, y en octubre Timoleón Jiménez, máximo comandante de las FARC, planteó en Twitter la suspensión del reclutamiento de guerrilleros.
Los rebeldes dieron ahora un paso adelante al renunciar al reclutamiento definitivo de menores en Colombia, donde la mayoría de edad comienza legalmente a los 18 años. En armas contra el Estado desde 1964, las FARC han sido acusadas por autoridades colombianas y organismos internacionales de derechos humanos de vincular a la fuerza a niños y adolescentes campesinos a lo largo del conflicto.
Sin embargo, esa guerrilla insistió en su comunicado que en muchos casos se vio obligada a incorporar a menores por cuenta del abandono del Estado en las zonas más deprimidas de Colombia.
Entre 1999 y 2015, unos 5.708 menores víctimas de reclutamiento en Colombia han sido recuperados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, según datos de ese organismo estatal. Fuertemente repudiada, esta práctica no solo involucra a las guerrillas de izquierda sino también a bandas criminales de origen paramilitar.
En Colombia, el delegado permanente de Naciones Unidas, Fabrizio Hochschild, saludó la decisión. “Es un paso más que nos acerca al fin del conflicto (…) Esperamos que en la Habana sigan estas discusiones con el objetivo de lograr la salida de todos los niñas y niños, adolescentes y menores de edad, lo antes posibles de las filas de las Farc”, comentó a la prensa.
“No más servicio militar obligatorio”. En reciprocidad con su decisión, las FARC pidieron al gobierno de Juan Manuel Santos terminar con el servicio militar obligatorio en Colombia.
“Invitamos al presidente Santos a hacer realidad su promesa electoral y finalizar de inmediato el servicio militar obligatorio y las prácticas de reclutamiento de menores para su infiltración en estructuras guerrilleras”, añadieron en su comunicado.
Las FARC resolvieron acabar con una de las prácticas que más críticas les han valido internacionalmente, y por la que incluso varios guerrilleros han sido condenados, en un gesto adicional para reducir la intensidad del conflicto armado.
La agrupación, que cuenta con unos 7.000 combatientes, mantiene una tregua unilateral desde hace siete meses en Colombia, a cambio de lo cual el gobierno también dejó de bombardear los campamentos rebeldes.
Anuncio en medio de la crispación.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno están negociando a marcha forzada los últimos temas de una agenda de seis puntos que acordaron, con el fin de cumplir la promesa de firmar la paz antes del 23 de marzo.
Anuncio en medio de la crispación.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno están negociando a marcha forzada los últimos temas de una agenda de seis puntos que acordaron, con el fin de cumplir la promesa de firmar la paz antes del 23 de marzo.
Las partes están discutiendo el fin del conflicto, que incluye el desarme de la guerrilla bajo verificación de un grupo político de Naciones Unidas, y la refrendación de los acuerdos. Este último aspecto de la negociación mantiene distanciados a los rebeldes del gobierno.
Por un lado, Santos está decidido a someter a plebiscito el pacto final de paz, mientras las FARC presionan para que se convoque a una asamblea constituyente.
La organización comunista, que negocia su desarme para convertirse en un partido político, rechaza el plebiscito porque considera que es una imposición del gobierno que no otorga seguridad jurídica y política a los acuerdos de La Habana.
Aun así, las partes siguen dialogando en La Habana y hasta la fecha no han puesto en duda la continuidad de las conversaciones, que deberán concluir con un acuerdo para el cierre del más prolongado capítulo de violencia en Colombia.
El gobierno de Santos y la dirigencia rebelde han alcanzado acuerdos en torno al problema agrario (origen del conflicto), el narcotráfico, reparación de víctimas y las garantías para que las FARC ejerzan la política una vez se desarmen.
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