Rusia negó el jueves haber bombardeado una escuela en Siria en la que murieron 22 niños, en un contexto de crecientes tensiones con los países occidentales y de nuevas sanciones europeas contra su aliado sirio.
Rusia no tiene "nada que ver" con los bombardeos aéreos contra una escuela de la provincia de Idleb, en manos de los rebeldes, que acabaron con la vida de 22 niños y 6 profesores este jueves, según Unicef, aseguró la portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova.
Algunos medios de comunicación árabes y occidentales "acusaron enseguida de esa tragedia a Rusia [...] Es una mentira", denunció Zajarova en rueda de prensa.
La fuerza aérea rusa interviene desde el 30 de septiembre de 2015 en Siria en apoyo del presidente sirio, Bashar Al Asad, contra formaciones rebeldes.
Si bien Moscú asegura que sólo bombardea a "objetivos terroristas", Rusia ha sido acusada en varias ocasiones de apuntar contra los rebeldes moderados y de cometer "crímenes de guerra".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reaccionó al anuncio y se dijo consternado por el ataque, exigiendo una "investigación inmediata", según afirmó su portavoz este jueves. "Si fue deliberado, este ataque puede constituir un crimen de guerra", dijo Ban, citado por su portavoz.
"¿Quién es responsable? En cualquier caso no es la oposición porque para bombardear se necesitan aviones. O son los sirios - el régimen de Bashar al Asad - o los rusos", declaró por su parte el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, en una conferencia de prensa en París.
"Aquí, sólo hay civiles, no hay ninguna sede militar de grupos rebeldes", aseguró a la AFP un testigo de la tragedia en la escuela, Hufez, un habitante de 35 años que participó en las operaciones de rescate en la localidad de Hass.
La provincia de Idleb es un bastión de Jaish al Fatah (Ejército de conquista), una coalición de rebeldes islamistas y yihadistas de Fateh al Sham, ex Frente Al Nosra, que cortó lazos con Al Qaida.
"Es una tragedia, un escándalo y si este ataque fue deliberado, es un crimen de guerra", afirmó director general de Unicef, Anthony Lake, en un comunicado.
- Nuevas sanciones -
Los niños siguen siendo las víctimas de esta guerra, que ha dejado más de 300.000 muertos y millones de desplazados desde que comenzara, en marzo de 2011.
Al menos seis menores fueron abatidos y 15 resultaron heridos por los disparos de cohetes de los rebeldes contra dos barrios controlados por el gobierno en Alepo, segunda ciudad del país, en el norte, informaron medios oficiales sirios. Una salva de cohetes alcanzó una escuela.
El mismo día, en la ciudad rebelde de Duma, cerca de Damasco, al menos ocho personas, incluido un niño, murieron en bombardeos del régimen, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Por su parte, la Unión Europea (UE) decidió sancionar el jueves a diez altos responsables del régimen acusados de participar en la "represión violenta ejercida contra la población civil".
Con éstos, son ya 217 los responsables sirios sometidos a una "prohibición de entrar en territorio de la UE y a una congelación de sus bienes".
A estas sanciones "individuales" se añaden fuertes medidas de represalias económicas.
Por otro lado, los responsables de la diplomacia de los países aliados del régimen de Damasco, Rusia e Irán, se reunirán el viernes en Moscú.
El jueves, Bashar Al Asad se mostró inflexible. "El Estado sirio continuará combatiendo a los terroristas y con su política de reconciliación", declaró al recibir a los gobernadores provinciales, según la agencia de prensa oficial Sana.
En el terreno, según el OSDH, las fuerzas del régimen recuperaron casi la mitad de las 40 poblaciones y colinas del norte de la provincia central de Hama, que a finales de agosto cayeron en manos de una coalición liderada por los yihadistas de Fateh al Sham.
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