WASHINGTON. Un hombre con una escopeta y granadas de humo irrumpió el jueves en la redacción de un diario en la ciudad estadounidense de Annapolis, a una hora de Washington, matando al menos a cinco personas en lo que la policía describió como un “ataque dirigido”.
Las autoridades dijeron que el autor del tiroteo en el periódico Capital Gazette es un adulto blanco residente en el estado de Maryland, que fue detenido y estaba siendo interrogado.
Un reportero del histórico diario, que se remonta al período colonial, contó como el atacante “disparó hacia la puerta de vidrio de la oficina y abrió fuego contra varios empleados”.
“No hay nada más terrorífico que escuchar disparos contra varias personas mientras tú estás bajo un escritorio y escuchas recargar al tirador”, tuiteó Phil Davis, periodista de la sección policial.
Hubo cinco muertos y dos heridos leves, dijo en rueda de prensa el jefe de policía interino del condado de Anne Arundel, Bill Krampf.
“Este fue un ataque dirigido contra el Capital Gazette”, señaló.
Añadió que aunque aún se desconocen los motivos, la policía investiga “amenazas al Capital Gazette en las redes sociales”.
“Estamos tratando de confirmar de qué cuenta eran y quién las envió”, explicó Krampf, señalando que parecían destinadas a los medios de comunicación en general e “indicaban violencia”.
Habrá edición impresa
El editor del diario, Jimmy DeButts, se dijo “devastado y con el corazón roto. Entumecido”.
“Los periodistas y editores de @capgaznews dan todo de sí todos los días. No hay semanas de 40 horas ni grandes pagos, solo pasión por contar historias de nuestra comunidad”, escribió en Twitter.
Chase Cook, un periodista del diario, dijo que el tiroteo no impediría que The Capital, la edición impresa local, saliera a la calle. “Mañana vamos a sacar un maldito periódico”, tuiteó.
Gracie Rustin, una asistente dental que estaba en medio de un procedimiento en el segundo piso del edificio cuando ocurrió el ataque, escuchó “ruidos fuertes” pero al principio no se dio cuenta de que era un tiroteo.
Entonces la policía entró y dijo: “Váyanse, váyanse, váyanse”, contó Rustin a la AFP.
El tiroteo revivió el recuerdo de un incidente de 2015 en Roanoke, Virginia, en el que dos periodistas fueron baleados durante una transmisión en vivo en la televisión local.
“Cada tiroteo como este es horrible, pero uno que ocurre en un lugar donde se hace periodismo es particularmente inquietante y me devuelve la avalancha de recuerdos de ese día trágico”, dijo Andy Parker, cuya hija Alison fue una de las víctimas de Roanoke.
“Un ataque contra todos”
El presidente Donald Trump, que ha estado enfrentado con gran parte de los medios desde que asumió el cargo, tuiteó un mensaje de apoyo. “Mis pensamientos y oraciones están con las víctimas y sus familias. Gracias a los primeros socorristas que están ahora en el lugar”, escribió.
“Un ataque violento contra periodistas inocentes haciendo su trabajo es un ataque contra todos los estadounidenses”, escribió en Twitter la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Varios legisladores llamaron a poner un fin a la violencia armada.
“Debemos unirnos para poner fin a la violencia”, dijo el demócrata Chris Van Hollen, senador del estado desde 2017.
“El ataque sin sentido en un periódico de Maryland hoy es enfermante. Dios bendiga a estos periodistas”, tuiteó el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.
Según un estudio reciente, los estadounidenses poseen el 40% de las armas de fuego del mundo a pesar de representar solo el 25% de la población mundial.
De los 857 millones de pistolas propiedad de civiles, 393 millones están en Estados Unidos, más que todas las armas de fuego en poder de ciudadanos comunes en otros 25 grandes países combinados, según el reporte de Small Arms Survey.
Quienes abogan por un mayor control de las armas en Estados Unidos han intensificado sus esfuerzos en los últimos meses luego de varios tiroteos escolares este año, entre ellos el de una escuela secundaria en Florida en febrero, que dejó 17 muertos, y el de otra escuela secundaria de Texas en mayo, que dejó 10 fallecidos.
Pero hasta ahora, no hubo grandes cambios. Florida subió la edad legal para comprar armas de fuego de 18 a 21 años, mientras que el gobernador de Texas, Greg Abbott, hizo énfasis en hacer verificaciones sobre salud mental y seguridad escolar.
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