Decenas de coronas cubren gran parte de las paredes de las capillas D y E de la Funeraria Blandino, donde se han expuesto los restos del alcalde Juan de los Santos, asesinado ayer junto a su guardaespaldas.
Su esposa y cuatro de sus cinco hijos están en el sillón principal recibiendo el pésame de todos los que han acudido a darle el último adiós al alcalde.
Sus hermanas, hermanos, demás familiares, personalidades y una amplia delegación de empleados de sus bancas también lloraban la partida de De los Santos.
La entrada a las capillas estaba abierta para todas las personas que quisieran dar el pésame. Sin embargo, dos no fueron suficientes para quienes acudieron a dar el pésame.
Eran dos filas para entrar. Una, interminable, para el público en general y otra para funcionarios del gobierno y personalidades.
Las personas entraban de cinco en cinco, mientras que la entrada para los funcionarios y figuras reconocidades era sin restricciones.
Muchos lamentos y lágrimas se observaban entre las personas que esperaban entrar a las capillas.
“Anja, vamos a hacer la fila, no queda de otra, tenemos que verlo”, dijo una señora a su acompañante mientras éste se quejaba porque la fila era muy larga.
“Es por allá que está la cola”, decía entre lágrimas un señor a dos jóvenes.
Mientras trascurría el tiempo y la fila avanzaba lentamente, algunas personas se iban, diciendo que volverían más tarde, que quizás no habría tanta gente.
Pero ocurrió lo contrario, las personas seguían llegando y la fila que empezó en forma de nueve había cambiado, no podía describirse la forma que tenía.
El trayecto para entrar desde la fila hasta las capillas tomaba un tiempo de más de una hora, pero la gente lo hacía, muchos comentaron que sentían el deber de “decirle adiós a Juancito”.
Mientras, en las afueras de la funeraria los miembros de la prensa esperaban a funcionarios del gobierno, dirigentes de oposición y autoridades para entrevistarlos.
La entrada de camarógrafos está restringida al área de las capillas donde están expuestos los restos del alcalde.
El tránsito en la Lincoln
En las afueras de la funeraria el tránsito está congestionado por la gran cantidad de personas y personalidades que han ido en sus vehículos a dar el pésame a la familia.
Miembros de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), están trabajando en el área para reducir los taponamientos.
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