BRASILIA. La justicia brasileña informó hoy que concedió el beneficio de la libertad provisional al publicista Joao Santana, acusado de participar en la red de corrupción que operó en Petrobras y quien trabajó para la mandataria suspendida, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente dominicano Danilo Medina.
La libertad provisional ha sido extendida a la esposa de Santana, Mónica Moura, quien como su marido está detenida desde marzo pasado y, al igual que el publicista, ha acordado cooperar con la justicia a cambio de una futura reducción de pena.
El tribunal a cargo del caso informó de que ambos quedarán en libertad hoy mismo, pero no podrán abandonar el país ni mantener contacto con ninguna de las personas involucradas en el asunto, que salpica a medio centenar de políticos y decenas de empresarios.
Santana dirigió las campañas electorales de Lula en 2006 y las dos realizadas por Rousseff, en 2010 y 2014, y está acusado de haber recibido parte del dinero correspondiente a su trabajo en cuentas que mantenía ocultas en bancos del exterior.
También trabajó en exitosas campañas electorales en otros países, entre las cuales están las del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, la de su sucesor, Nicolás Maduro, y las que llevaron al poder al salvadoreño Mauricio Funes y al dominicano Danilo Medina.
En el marco de su acuerdo de cooperación judicial, Santana ha confesado que mintió a los tribunales respecto al dinero “negro” recibido de la campaña de Rousseff en 2014, a fin de “protegerla” frente al proceso de destitución que la mandataria enfrenta desde mayo pasado.
“Sabía que podía perjudicarla profundamente” y, “después de haber ayudado a su reelección, no sería yo quien iría a destruirla”, dijo Santana en declaraciones divulgadas por los tribunales.
En su testimonio, confesó que los responsables financieros de la campaña de Rousseff depositaron al menos 4,5 millones de dólares en cuentas que mantenía ocultas en un banco suizo, lo que puede suponer desde delitos fiscales hasta lavado de dinero.
El publicista alegó que, cuando negó la existencia de esas cuentas, el proceso que llevó al Senado a suspender de sus funciones a Rousseff “comenzaba” y que era consciente “del problema” que su confesión podía suponer para la mandataria “y para el propio país”.
Esa declaración fue refrendada por Mónica Moura, quien dijo a las autoridades que “el país pasaba por una situación institucional muy grave” por el proceso que enfrentaba Rousseff.
“Para ser sincera, no quisimos incriminarla, porque podíamos empeorar la situación del país”, dijo Moura a la Policía, también en el marco de un acuerdo de cooperación judicial.
La confesión de Santana no influirá en el proceso parlamentario que enfrenta Rousseff, suspendida de sus funciones desde el pasado mayo para responder a un juicio político por supuestos delitos administrativos en la gestión de los presupuestos.
Sin embargo, sí pudiera ser tomada en cuenta en otro proceso que tramita en la justicia electoral y se refiere precisamente a unas supuestas irregularidades en la financiación de la campaña de 2014, en la que Rousseff fue reelegida.
El proceso de destitución de Rousseff será retomado esta misma semana y, según prevén el Senado y la Corte Suprema, corresponsables del trámite, deberá concluir a fines de este mismo mes o inicios del próximo.
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