Parece que Carlos Silver no se ha resignado a no conseguir el récord Guinness de más horas cantando sin parar. En una de sus recientes publicaciones en Instagram se hace la pregunta ¿Qué dice el público? ¿Desean que Carlos repita el reto, si o no?
Las respuestas fueron casi unánimes en sentido negativo, la mayoría destacando que más que un certificado, él logró unir a un país con un objetivo y que lo más importante es su salud.
“La verdad no, eso trae mucha malas consecuencias, y tu vales mucho como persona, igual tus hijos y tu familia te necesitan, ya eres un ganador el pueblo dominicano te ve así”, escribió un seguidor.
Otro aseguró que es innecesario porque a la vista de todos ya lo logró, y dos veces. “No debe repetir, él ha sido nuestro hombre Guinness dos veces, Dios está ahí no se muda y el tiempo dirá la verdad de lo que le hicieron a él”, sentenció otra de sus seguidoras.
A pesar de que logró 106 horas, 7 minutos y 18 segundos cantando de manera ininterrumpida en la casa de cristal que desde el pasado viernes lo acogió en el parque Eugenio María de Hostos, su hazaña no será registrada en el libro de récord Guinnes.
Así lo confirmó Carlos Tapia Rojas, supervisor y adjudicador de la organización, quien vino al país ayer desde México para verificar si el segundo intento del dominicano lograba su validación para entrar en le historia de los récord mundiales.
Tras informarse que no logró su objetivo, el artista narró a un programa de televisión que su mayor satisfacción fue el apoyo que le expresó el público.
“Lo más grande fue el abrazo de ese pueblo. Se cumplió con toda la ley. Yo me sé todos los reglamentos por puntos. Me descuidé en algunos, lo reconozco... pero por eso seguía cantando, le tumbé 6,420 segundos de pausas, se los regalé a Guinness y me quitan mi récord. ¿Por qué?”, cuestionó.
Pidió disculpas a quienes ofendió y se retractó de las palabras fuertes que expresó sobre los políticos dominicanos. “Yo pensaba que estábamos en mi casa. En un momento hice unas observaciones que no me di cuenta, los llamé de una forma que no sé, pero les pido disculpas, porque en mi país hay muchos funcionarios serios”, estimó.
Hace casi tres años duró cuatro días y nueve horas cantando sin parar en una casa de cristal. Una hazaña que pocos han conseguido y que concitó el interés de miles de personas que fueron cada día a brindarle su apoyo. Pero un fallo técnico y no contar de forma presencial con jueces oficiales de Guiness World Record impidió que el hecho fuese certificado.
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