El presidente Donald Trump invocó sus extraordinarios poderes de seguridad nacional el viernes para negarle asilo a los migrantes que ingresen sin autorización al país, cerrando aún más la frontera conforme la caravana de centroamericanos se acerca lentamente hacia Estados Unidos.
Trump utilizó los mismos poderes que aprovechó para restringir la admisión de ciudadanos de ciertos países de mayoría musulmana, una medida que fue ratificada en la Corte Suprema. La proclama echa a andar regulaciones adoptadas el jueves que eluden las leyes que dictan que cualquiera es elegible para solicitar asilo sin importar cómo ingrese al país.
“Necesitamos a gente en nuestro país, pero deben entrar de forma legal y deben tener mérito”, dijo Trump el viernes mientras se preparaba para viajar a París.
Las medidas buscan canalizar a las personas en busca de asilo hacia los cruces oficiales para acelerar los dictámenes, dijeron funcionarios, en lugar de que intenten eludir dichos cruces en la frontera de casi 3.200 kilómetros (2.000 millas). Sin embargo, los transitados puertos de entrada ya tienen largas filas y esperas, por lo que agentes inmigratorios piden a algunos migrantes regresar otro día para presentar su solicitud.
La medida en parte fue motivada por las caravanas de centroamericanos que caminan hacia la frontera, pero será aplicada a todo aquel que sea sorprendido cruzando sin autorización legal, indicaron el jueves funcionarios. Se desconoce si los migrantes en las caravanas, muchos de los cuales huyen de la violencia en sus países, planean cruzar sin autorización.
Funcionarios dijeron que aquellos a quienes se les niegue el asilo bajo la proclama, pueden ser elegibles para formas similares de protección si temen regresar a sus países, aunque serían sujetos a un registro más severo. Las formas de protección incluyen la “retención de deportación”, que es similar al asilo pero no proporciona residencia ni permite llevar a familiares, o el asilo bajo la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.
El decreto es la medida más reciente de la severa postura de Trump contra la inmigración a través de cambios regulatorios y órdenes presidenciales que se brincan al Congreso. Sin embargo, dichos esfuerzos se han visto frustrados por los desafíos legales y, en el caso de las separaciones de familias de este año, obstaculizados por la indignación mundial que obligó a Trump a dar marcha atrás.
Es prácticamente seguro que las nuevas reglas también se enfrentarán a impugnaciones legales. Omar Jadwat, director del Proyecto de Derechos de los Migrantes de la Asociación Americana de Libertades Civiles, dijo el jueves que son claramente ilegales.
“La ley estadounidense específicamente permite que los individuos soliciten asilo estén o no en un puerto de entrada. Es ilegal eludir eso con un decreto presidencial o agencia”, dijo.
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