
Así lo afirmó Francisco en el discurso a las autoridades al comienzo de su visita de dos jornadas a Irlanda, adonde llegó hoy para participar en el Encuentro Mundial de las Familias
"No puedo dejar de reconocer el gravé escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos", aseveró.
Y reconoció que "el fracaso de las autoridades eclesiásticas - obispos, superiores religiosos y sacerdotes - al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica".
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