Inicia oficialmente hoy, sábado, la
temporada ciclónica en el Atlántico Norte y el Caribe, un evento natural que se prolongará desde este 1 de junio hasta el 30 de noviembre.
Este año será más activa de lo habitual en el Atlántico (de hasta un 50% sobre el promedio, que corresponde a 14 sistemas), según pronosticadores del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Los especialistas de la NOAA predicen, específicamente, un 85% de probabilidad de una temporada por encima de lo normal, un 10% de probabilidad de una temporada casi normal y un 5% de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal.
La entidad prevé la formación de 17 a 25 tormentas, con vientos de 39 kilómetros por hora o más. De estos, de ocho a 13 se convertirán en huracanes, con vientos de 74 kilómetros por hora, incluidos de cuatro a siete huracanes importantes de categorías tres, cuatro o cinco, con vientos de 111 kilómetros por hora.
La razón por la cual la NOAA plantea que se producirá esta cantidad en el Atlántico se debe, de acuerdo con sus especialistas, a “una confluencia de factores” que favorecen la formación de tormentas tropicales: Temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Océano Atlántico, el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento.
“Con El Niño llegando a su fin habrá una rápida transición a las condiciones de La Niña, que favorecen la actividad de huracanes en el Atlántico porque La Niña tiende a disminuir la cizalladura del viento en los trópicos. Al mismo tiempo, el abundante contenido de calor oceánico en el Océano Atlántico tropical y el Mar Caribe crea más energía para impulsar el desarrollo de tormentas”, dicen los científicos de la NOAA.